SEAL Team Six by Howard E. Wasdin & Stephen Templin

SEAL Team Six by Howard E. Wasdin & Stephen Templin

autor:Howard E. Wasdin & Stephen Templin [Wasdin, Howard E. & Templin, Stephen]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Memorias
editor: ePubLibre
publicado: 2011-01-01T05:00:00+00:00


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El francotirador renacido

Después de que el general Garrison hubiese deshonrado a todos los francotiradores del Mando de Operaciones Conjuntas Especiales (JSOC), tanto operadores SEAL como Delta, vimos la luz: no había manera de que pudiéramos realizar el disparo desde 730 metros todas las veces y fueran las que fuesen las condiciones —uno de nosotros se alejó tanto que dio en el alféizar de una ventana—. Nos arrepentimos de nuestros pecados dedicando un mes a tratar de conseguir cada una de las veces todo lo que realmente pudiéramos con independencia de la climatología, la hora del día, el cansancio (que juega un papel importante), la inclinación, la elevación, el campo, las hemorroides, etc. Disparar en días lluviosos, fríos, arrastrándonos por el fango —lo probamos todo—. Renacimos. «Podemos realizar un disparo cuerpo a tierra y a 450 metros cada una de las veces y bajo cualquier condición». Todos los días, cada francotirador iba al campo de tiro y hacía sus diez disparos, y era mejor que realizara un disparo mortal: ocho de diez en los cinco anillos exteriores y al menos dos en los cuatro anillos interiores de una diana reglamentaria del FBI.

El Team Six organizaba un desempate para determinar quién era su mejor francotirador. De los dieciocho francotiradores que había ahí yo quedé primero. Eso no les sentó bien a los francotiradores que estaban allí desde antes que yo. Country, que llevaba en el Team Six un año más que yo, quedó segundo. Procedente de Alabama, era un sureño grande al que le gustaba la diversión, con el pelo rubio rojizo y que a menudo hablaba con acento nativo sureño sobre caza —lo que había matado, cómo lo había preparado y qué gusto tenía—. Probablemente había empezado a cazar cuando tenía diez años. Tenía más experiencia que yo, pues llevaba disparando desde la infancia. Sin embargo esa experiencia puede ser un arma de doble filo. Algunos francotiradores tienen que desaprender malos hábitos.

El Team Six nos mandó a Country y a mí, como equipo de dos hombres, a la gran competición de francotiradores del complejo Delta en Carolina del Norte. Cada uno de los otros Teams del SEAL mandó a su mejor pareja. También lo hicieron la Delta, los batallones ranger (una unidad rápida de infantería ligera que puede luchar contra objetivos de fuerzas convencionales y también especiales), el Equipo de Rescate de Rehenes (HRT) del FBI, el Servicio Secreto, el Departamento local del sheriff del condado de Cumberland y otros.

Cada mañana en el campo de tiro de la Delta empezábamos realizando un disparo frío desde 180 metros de tiro al plato, una diana pequeña hecha de brea y de roca calcárea pulverizada con la forma y el tamaño de un platillo invertido, conectado con una diana con una silueta blanca. Para Country y para mí era un disparo fácil. Cuando la bala dio en el plato lo convirtió en polvo. Todos los que fallaban tenían que comprar una caja de cervezas. Los francotiradores del FBI y del Servicio Secreto compraron una caja de cervezas casi cada día.



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